El viajar es un placer y así debería ser siempre, pero a
veces ese concepto cambia cuando viajamos con niños.
Las vacaciones en familia no deberían resultar estresantes,
solo hay que tener más cuidado en algunos detalles. En este artículo
encontrarás consejos necesarios para hacer tus viajes divertidos e
inolvidables.
- Casi todas las compañías permiten viajar con niños y bebés menores de dos años, aunque conviene consultar antes de sacar los billetes. Algunas aerolíneas no sólo permiten viajar con menores, sino que incluso facilitan asientos con sillitas especiales, ya que en ocasiones no está permitido subir carritos o sillas de bebé a la cabina y éstas han de ser facturadas.
- Usualmente viajar en avión es una aventura para los niños, y es poco frecuente que se asusten. Es una buena idea es contarle a tu hijo que van a viajar en avión y lo que va a suceder, aunque aún no lo comprenda en su totalidad. Muéstrale los aviones que pasan por en el cielo y los que están en el aeropuerto cuando llegas. Evita que mire películas o escenas relacionadas con accidentes aéreos.
- Llega con suficiente tiempo de antelación para poder hacer todo los procedimientos necesarios.
- Los menores de edad, si viajan solos o en compañía de personas que no sean sus padres, precisarán además del DNI o pasaporte, de una carta notarial de autorización del padre, madre o tutor legal efectuada mediante comparecencia personal en un juzgado o notaria. Este documento puede ser requerido en caso de que los niños no compartan apellidos con los adultos o si viajan con los abuelos, tíos o amigos de la familia.
- Evita los vuelos nocturnos, mucha gente es lo suficientemente optimista como para creer que van a dormir en ellos, pero tus hijos es probable que no lo consigan. Y dado que un avión es el peor sitio donde oír el llanto de un bebé, muchos pedirán tu cabeza al primer síntoma de una rabieta.
- Los cambios de presiones son molestos para los adultos, pero a los más pequeños les pueden parecer insoportables. Si son más mayores dales chicle para el aterrizaje y el despegue y a los más pequeños leche o algún jugo con cañita. Si son especialmente sensibles, hay unos tampones especiales que pueden aliviarles mucho. Para que no se les reseque mucho la nariz es importante mantenerles bien hidratados durante todo el viaje.
- Si viajas al extranjero, consulta con el médico para comprobar si tu hijo necesita otras vacunas, y asegúrate de que está al día con las rutinarias. Asimismo, ajusta el horario de sueño del niño días antes del viaje. Después de la llegada, anima a los niños a estar activos en el exterior o en zonas muy iluminadas durante las horas diurnas, para ayudar a que se adapten al horario del lugar.
- Las condiciones en hoteles y otros alojamientos pueden ser inseguras según el destino. Inspecciona cuidadosamente el cableado expuesto, los venenos para insectos, los pedazos de pintura de las paredes y las escaleras y barandillas de los balcones inadecuadas.
- No olvides meter en el equipaje una muda (para el bebé y para ti), toallitas, pañales, biberones, chupetes, tentempiés y todo lo que vayan a poder necesitar, y en abundancia. Y ojo con lo que comen, un niño con un subidón de azúcar puede ser un verdadero peligro si está encerrado en un avión.
- Para evitar algún tipo de rabieta es importante mantenerlos entretenidos. No olvides llevar algún juguete, libro, tablet con juegos que no necesiten conexión a Internet, o cualquier otra forma de entretenimiento que se te ocurra.
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