Siempre es mejor
tomarse unas vacaciones fuera de la llamada “temporada alta”, bueno a mi
parecer me ha funcionado porque no he tenido el inconveniente de encontrar todo
saturado, lleno y con enormes colas; sin embargo este singular viaje ocurrió en
uno de aquellos estallidos que tengo cuando quiero descubrir un nuevo paraje,
fascinantes culturas, impresionantes obras de artes –ya sean hechas por el
hombre o simplemente por la madre naturaleza- y como es de costumbre, el conocer
personas únicas.
Lo cierto es que
aquel día, estando en el aeropuerto me llamó la atención un cartel de esos que
usa la publicidad para “llamar” tu atención, me fui acercando y tanto fue el
asombro al ver que se trataba de un pequeño elefante, si bien es cierto estaba
acompañado de su madre, pero la frase decía algo así como: “No hace falta ser
un elefante para sentirse protegido, cuidemos su hábitat, cuidemos nuestro
hogar” Luego de leer la frase se me vino a la mente cómo sería tener que lidiar
solo con tantos depredadores que hay en el África, y siendo aún ese pequeño
paquidermo, que sin duda tendría mínimas esperanzas de sobrevivir.
Fuente: Arte Lista / Obra: Fernanda Pringles
Las esperanzas de
sobrevivir en nuestro mundo va a depender en muchos casos de nuestras raíces y
que tan fuertes están ancladas en la tierra, esto va a determinar el nivel de
soporte que tengamos ante las adversidades, la voluntad de emprender ese viaje
de lucha constante y perseverante nos dará luces para encontrar la salida, una
salida que tendrá como resultado pasar a un nivel de madurez, de aumentar
nuestra capacidad de entender lo que pasa a nuestro alrededor, voltear atrás
para aprender de nuestros errores, de saber que cada momento es importante si
le agregamos un toque diferente, es decir una pisca de amor.
Ya en el vuelo
recordé la imagen de ese pequeño elefante, y estaba seguro que al llegar a mi
destino iba a ser diferente, cada viaje, por más pequeño o grande que sea, trae
consigo una enseñanza que es casi imposible de olvidar, porque esa enseñanza no
la aprendiste leyendo un artículo o un apunte de tu cuaderno, lo viviste he
hiciste tuya esa experiencia, sentiste el aire propio del lugar, la figura de
sus paisajes y palpaste la tierra que te recibe; no está demás decir ¡Gracias!,
porque nos damos la oportunidad de conocer y descubrir que hay más allá de
nuestra casa, calle, oficina, con un viaje nos adentramos en un episodio
inigualable en nuestras vidas, que sin duda tendrá una recompensa que ninguna
balanza sería capaz de medir.
Así como ese elefante
pequeño rodeado de quienes lo protegen, así me sentí en todo mi viaje, sin
temores, sin preocupaciones, dejándome sorprender por todo a mi alrededor y con
la necesidad de conocer mejor nuestro hogar, el mundo.
Un cuento corto de Paul Lozano.
Un cuento corto de Paul Lozano.
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