¿Llevas dentro el espíritu viajero? Se dice que para emprender algo en la vida muchas veces se
necesita una buena preparación, oportunidades, pero algo que sin duda destaca y
del cual tú también estás seguro, es contar con una potente e incansable
“actitud”.
Si a esta actitud la ubicamos en el asiento de un bus, tren o
en la de un avión y le abrochamos el cinturón de seguridad; entonces nos
referimos a una “Actitud viajera” que es sin duda, una de las mejores compañías
que llevamos en cada una de nuestras aventuras cuando estamos “fuera de casa”.
Si deseas conquistar el mundo ¿Te has preguntado si tienes
una actitud viajera? Aquí te lo contamos.
Cosas nuevas: ¡Vamos
por ellas! Un viajero pretende “sacarle la vuelta” a la rutina, por eso
escapa de la ruta turística habitual y busca siempre algo más para hacer. Se
trata de indagar sobre otras propuestas, se pueden encontrar actividades únicas
que se alejan -y complementan- de los lugares típicos en cada destino.
¿Vergüenza? Déjala
rezagada. Un viajero “no se hace paltas” de hablar con desconocidos. Menos
si trata de comunicarse ante una persona que no hable su lengua, ya sea porque no conoce las costumbres del lugar o si necesita pedir algo en el hotel. Son
momentos apretados que se convertirán en buenas anécdotas para contar.
Paciencia. Actitud
viajera es estar preparado para lo que se venga: Cuando las cosas no salen como
las planeadas, el taxista no te entiende o cuando hay que hacer una
enorme cola para comprar boletos porque no lo hizo con anticipación. Su lema
es: “A mal tiempo, buena cara”
Un estómago “todo
terreno”. Claro que hay que cuidar la alimentación y ver lo que se ingiere,
tu actitud te lleva a soportar “a veces” olores inesperados en un vehículo o
tener el temple para poder realizar canopy o el vertiginoso “puenting”, eso sí
es tener la actitud para hacerlo posible.
Adiós comodidades.
No siempre se puede pernoctar en un hotel 5 estrellas o contar con un desayuno
continental al pie de la cama, estas cosas alientan mejor aún el espíritu
aventurero, sin duda algo que no podrás olvidar.
Hay que saber
“regatear”. Si no se cuenta con mucho dinero, una buena actitud frente a
estos casos logra sacar de nosotros algunas ocurrencias para poder convencer al vendedor y
conseguir lo que deseamos, esto es la capacidad de convencimiento, nos puede ayudar a ahorrar algunos centavos. Sólo ten en cuenta este detalle: ¡No abuses
del floro barato!
Fuerza física. Sobre
todo si es un viaje largo, aparte de tener una buena actitud, también hay que estar
preparado físicamente para cargar una
mochila con todas sus cosas gran parte del tiempo, caminar largas distancias, sólo
así conquistaras lo que planeaste hacer.
La brújula biológica.
Si no hay internet (en algunos destinos es algo caro), el viajero debe saber
sobrevivir sin Google Maps. Ya sea un mapa sumado a la capacidad para recordar
detalles como estaciones, calles, inclusive hasta la ubicación de un árbol, con seguridad
nunca te perderás.
Ingenio viajero. Ante
cualquier incidente que ocurra, despertar la creatividad y buscar una solución
para cada problema con el que tengamos que lidiar. Desde unos cuantos curitas para cubrir
un pequeño corte hasta una navaja suiza “multiusos”; aquí todo sirve.
Tener en cuenta el
entorno. "Actitud viajera" es estar alerta, un viajero siempre resalta entre la multitud, aunque quiera evitar llamar la atención. Es probable que seas asediado por algunos vendedores o
ser observado cuando entres a algún lugar, activar tus cinco sentidos es vital.
Ya sabes: ¡Un viaje es más que una experiencia, es una medicina para el alma!
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