A puertas de la festividad religiosa más grande del
mundo, ¿Te has preguntado si en nuestra ancestral cultura los Incas también celebraban
alguna festividad similar a la actual Navidad de Jesús? En este artículo te
contamos sobre esta festividad y cómo este legado sigue vivo a través de los
años.
Los andes, los apus, la madre naturaleza, la pacha
mama; pero de cual se tiene al imponente dios Sol o Inti en que era motivo de
total adoración por parte de las comunidades del imperio incaico. Partiendo de
esta adoración, se celebra el 21 de
diciembre el Cápac Raymi, una fiesta religiosa prehispánica en honor al
Sol que se llevaba a cabo en el mes de diciembre, coincidentemente con el
periodo del solsticio, donde se realizaban sacrificios de animales, se bebía chicha de jora, se
mascaba coca y se bailaba.
Corresponde al primer mes del calendario inca. En este día se reunían las cenizas de los
sacrificios y las arrojaban a los ríos para que estos las llevasen al mar, a Viracocha, como el retorno de todo a su autor.
Otras fuentes señalan que Durante el Capac Raymi se
celebraba el ritual de paso de los jóvenes incas en su preparación hacia la
asunción del poder. Dicho rito constaba de una serie de jornadas, en cada una
de las cuales se llevaba a cabo una actividad específica. El huarachicu era
una de las actividades rituales organizadas a tales efectos, cuando el Estado
proporcionaba a los jóvenes varones su primer huara (paño o
taparrabo). Otras actividades, como el corte de cabello, cambio de vestimentas,
presentación de los jóvenes a las autoridades estatales, ejercicios de
resistencia física (carreras), sacrificios a los huacas, cantos aleccionadores,
etc. eran tan importantes como el huarachicu.
Con el paso del tiempo, así como la introducción del
cristianismo en el universo andino, de cierta forma se ha desplazado estas
costumbres, pues la religiosidad ha calado profundamente y han encontrado un
elemento al cual aferrarse y fortalecer la divinidad de sus apus, achachilas y
otras deidades del altiplano puneño.
Esto ha dado lugar a que diferentes pueblos de la
parte sur andina del Perú homenajean al Niño Jesús, denominando de diferente
manera la festividad que realizarán en su honor. En Huancané, los Chullos Chullos,
un grupo de jóvenes de cada barrio revestidos con trajes peculiares, rompen con
el silencio de las calles a la espera de la llegada del salvador.
Algo muy similar se conmemora al Niño Jesús en las
localidades de Azángaro, El Collao, Macusani y Desaguadero, en ésta última con
mayor notoriedad por festejarse en la frontera con Bolivia.
¿Te gustaría pasar una Navidad diferente? Entonces planea
tu próxima Navidad en estos maravillosos lugares y vive experiencias únicas, ¡Feliz
Navidad!
Comentarios
Publicar un comentario